hola buen día n.n les traigo como fue evolucionando la alta costura en los años 30 esta muy padre la ropa, como que va regresando las tendencias pero de forma diferente y mas moderna :) poco a poco ire publicando para llegar a la alta costura en la epoca actual
Los años treinta.
El fin del corsé
El ciclo de la moda comenzó a cambiar de
nuevo hacia 1928. La garçonne, una vez
casada y convertida en madre de familia,
aceptó de buen grado el alargamiento de
las faldas que le proponían los modistos.
De nuevo era una mujer la que marcaba las
directrices y el tono de la moda. Madeleine Vionnet (1876-1975), cuya maestría en
el corte al bies le permitió dar a los trajes
aparentemente más simples una ligereza
extraordinaria, explotó como nadie lo
había hecho hasta entonces las posibilidades del tejido, en todos los sentidos, para
modelar el cuerpo. Madeleine Vionnet trabajaba con la tela directamente sobre un
maniquí de tamaño mediano. Cabría decir
que, en toda la historia de la moda, es su
ropa la que más se aproxima a la armonía
del traje antiguo, sin rastros de imitación
grosera, sino más bien inspirada en algo
muy similar al ideal clásico.
Pero lo cierto es que entre 1930 y 1939
no se produjeron modificaciones especta-
culares en la línea general del atuendo
femenino.
Las faldas fueron acortándose y
ganando amplitud poco a poco, los hombros se marcaron y los trajes de noche se
alargaron. Sin embargo, el verdadero y
trascendental cambio se produjo en la
ropa interior. Bajo aquellos trajes ceñidos,
era sin duda mucho más atractivo adivinar
un cuerpo moldeado, de modo que la
mujer “tabla de planchar”, omnipresente
en 1925, había dejado de ser la ideal. Para
parecerse a las vampiresas del cine americano, envueltas en zorros plateados, las
mujeres adoptarán la faja elástica, que
reduce el contorno de las caderas, y el
sujetador, que deriva de la “modestia” de
sus madres.
Cuando Paul Poiret suprimió el corsé
para sus creaciones, sus clientas se horrorizaron ante la sensación de llevar el pecho
desprotegido. Lo sujetaban con una especie de banda corsé, o “modestia”, que, en
principio, se llevaba por encima del corsé.
Estos primeros sostenes desaparecerían
hacia 1925, pero volvían a usarse cuando
fue preciso redondear el pecho y darle el
volumen deseado. De esta forma el sujetador se convirtió en una prenda fundamental del vestuario femenino, que en los años
60 y 70 también se puso en cuestión
España años 30. La moda amenazada
En España el comienzo de los años 30 vio
el triunfo definitivo de Cristóbal Balenciaga (1895-1972), que había abierto su
primera casa de costura en San Sebastián
en 1914, para instalarse más tarde en
Madrid a finales de los años 20. Balenciaga, que acabaría dejando una huella indeleble en la moda europea de su época y en
la que estaba por llegar, se vio obligado a
cerrar sus casas de costura tras la caída de
la monarquía de Alfonso XIII, aunque ya
en 1935 abrió una tercera en Barcelona
con el nombre de Eisa (apócope del apellido materno, que utilizaría también en
otros momentos de su carrera).
Sin embargo, la tragedia de la Guerra
Civil truncaría la carrera en España del
donostiarra, que en 1936 huyó de la barbarie para instalarse definitivamente en
París, donde ya en 1937 presentó su primera colección francesa.
Pero la Guerra Civil determinó el destino de millones de españoles. Fue el caso
de Francisco Rabaneda Cuervo (San Sebastián, 1934), que llegaría a ocupar un destacadísimo lugar en la moda a partir de los
años 60 con el nombre de Paco Rabanne.
Hijo de un general republicano fusilado
por las fuerzas franquistas en 1936, y de la
jefa del taller de Balenciaga en Barcelona,
la familia Rabanne abandonó España tras
la muerte del padre, y se instaló en París
en 1939. Rabanne creció, estudió y desarrolló toda su carrera en Francia, por lo
que difícilmente puede considerársele un
diseñador español, salvo por las referencias familiares, las profesionales transmitidas por la madre costurera, y las culturales
de un idioma y una tradición que siempre
dejan poso.
La Guerra interrumpió también la carrera de Asunción Bastida, que había nacido
en 1902 en Barcelona, lugar donde fundó
su primera casa de costura en 1926. En
1934 abrió casa en Madrid, pero el paréntesis de la Guerra truncó sus expectativas
artísticas y comerciales. Considerada una
de las mejores coutouriers de la Alta Costura española, Asunción Bastida fue miembro fundador, en 1940, de la Cooperativa
Española de Alta Costura, y mantuvo
abierta su casa hasta 1970, aunque posteriormente, y hasta 1975, continuó firmando sus creaciones bajo la marca Asunción
Bastida, SA. Desgraciadamente, quedan
pocos ejemplos de una producción valiosa y valorada tanto en España como en el
extranjero.
n.n
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